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Invertir en la china más metropolitana

Una de las claves de este 2016 ha sido la llegada -al fin- del grupo empresarial Wanda Group a nuestro

Una de las claves de este 2016 ha sido la llegada -al fin- del grupo empresarial Wanda Group a nuestro país. El conglomerado chino multinacional es uno de los promotores y propietarios de bienes inmuebles privados más importantes de la actualidad, y a través de Hoyts y Wanda Cinema, la empresa encabezada por Wang Jianlin se posiciona como la cadena de cines más grande del mundo. 

Wanda adquirió a comienzos del año anterior (Enero de 2015) el 20% del capital del Club Atlético de Madrid, inversión que ha comportado un protagonismo destacado en el nombre del nuevo estadio del club colchonero: Wanda Metropolitano. Esta noticia, anunciada la pasada semana por el Presidente de la entidad, Enrique Cerezo, complementa a la adquisición -y posterior venta por 272 millones a Baraka- del Edificio España, otra de las piezas icónicas de Madrid. 

Así, este caso práctico pone de manifiesto el interés vigente y potencial que existe entre empresarios y conglomerados chinos -sin importar el tamaño de su capital- en nuestro país. Por ello, es buen momento para darle la vuelta a este hecho para analizar, en algunos aspectos clave, qué factores cabría tener en cuenta para realizar el camino inverso. Hoy damos cinco claves a tener en cuenta para una posible inversión en el gigante asiático. Hoy hablamos de China en su faceta más metropolitana.

1. Datos Macro

El dato de población de China correspondiente al año 2015 es de 1.373.490.000 de habitantes. Con una extensión de  9.562.911 Km2, es el tercer país más grande del mundo y el más grande de Asia. China funciona con yuanes y es la segunda economía mundial en cuestiones de PIB, presentando una tasa del 1,8% de crecimiento en el último trimestre de este 2016. La tasa de variación anual del IPC en noviembre de 2016 ha sido del 2,3%.

Por lo que respecta al cambio euro-yuanes, para que nos hagamos una idea: la última tasa (15/12/16) es de 7,3499, lo que convierte 100 euros en 734’99 yuanes y 100 yuanes en 13,61 euros. 

En lo que respecta a su balanza comercial, el país asiático salió ganando en 2015, registrando una cifra 534.473,2 millones de euros, un 5,30% de su PIB, superior al superávit alcanzado en 2014, de 288.340,2 millones de euros, es decir, un 3,63%. Este hecho se explica por el incremento en sus exportaciones en 2015, concretamente, un 16,30% respecto al año anterior. Las ventas al exterior representan el 20,35% de su PIB, y con una cifra de 2.050.427,2 millones de euros, desde Pekín, China se erige como el mayor exportador mundial.

2. La voluntad de cambio es lo único constante

China es el país que económicamente más ha cambiado del Mundo en los últimos 50 años. Pese a que en el gigante asiático mantiene un régimen comunista, hecho que bien podría suponer cierto inmovilismo y no ser muy favorable para la inversión privada, desde las reformas del año 1978, el país hoy presidido por Xi Jinping es uno de los que más peso ha ido ganando en lo que a economía mundial se refiere, siendo actualmente uno de los players principales en dicho contexto.

Dicho de otro modo: los tiempos del campesinado ya son cosa del pasado. Empresas y empresarios de referencia, como la citada Wanda, además de Taobao, Sinopec -quien protagonizó un acuerdo con Repsol en 2011- o la CNP (China National Petroleum) ponen de manifiesto el progreso del país, que presenta una tasa de crecimiento de casi el 10% anual desde los últimos 25 años. 

El Gobierno de China, además de movimientos exteriores a través de visitas comerciales, acuerdos y posiciones en órganos decisores mundiales, en lo que respecta a su fuero interno, busca fomentar un impacto positivo  para que así mejore el nivel de vida de sus habitantes.

Por ello, también ha impulsado diferentes medidas en lo que respecta a la mejora de salarios, condiciones competitivas y prestaciones en materia de empleo, comenzando a exigir ciertas medidas de control en seguridad para multinacionales que operan en el país, pese a que innegablemente, todavía no se hayan alcanzado los estándares occidentales.

3. Posibilidades para actividades multiplicadoras

En general, la estructura mercantil óptima para realizar negocios en China es a través de las WFOE (Wholly Foreign Owned Enterprise), entidades constituidas con capital extranjero que pueden realizar negocios en China, distinguiéndose entre trading y manufacturing o servicios. Este tipo de sociedades se diferencian de la clásica Joint Venture Capital (JVC) en que no se necesita un socio local. Como no podía ser de otra forma, también guardan un protagonismo destacado los holdings empresariales. 

En materia tributaria, la forma en la que se tributan los beneficios es a través del Impuesto sobre Sociedades (CIT) al 25% en empresas generales y al 20% para las de reducida dimensión. Al igual que en nuestro país, existen ciertos incentivos fiscales para actividades tecnológicas o de innovación, además de otro tipo de incentivos en función de las zonas geográficas. Las transacciones están sujetas al IVA (VAT) desde 2013, año en el que se reemplazó el Business Tax (BT). Este hecho -que primero se implementó en Shangái y posteriormente en todo el país- resta gravamen a este respecto a las operaciones empresariales dentro del país.  

En lo que respecta a movimientos desde localizaciones foráneas, es cierto que existen ciertos aranceles a la importación y bienes de lujo, así como diferentes impuestos y recargos locales (local surcharges) que por lo general, se calculan como un porcentaje fijo sobre el VAT o el BT.

No queremos, a este respecto, restar importancia a ciertos requisitos, exigencias y dificultades, que como ocurre en cualquier país extranjero en el que se busca invertir existen, ahora bien, bajo el pretexto de «resultar favorable para el pueblo chino» expuesto por el Gobierno de China, sí podemos atisbar que las empresas relacionadas con la Sanidad, Medio Ambiente, TIC o Eficiencia Energética, tienen las de ganar ante aquellas industrias basadas en bajos costes laborales o intensivas en consumo energético.

Por la materia que estamos tratando, no podemos entrar a valorar en exceso otras cuestiones sociales o políticas, pero atendiendo a esa premisa de progreso «algo más sostenible» -entiéndase el matiz-, sí podemos aseverar que sumarse al concepto de actividad manufacturera de bajo valor agregado de principios del milenio no es buena idea. En términos comerciales, esto se explica porque, o el sector ya está copado, o ya no se permiten las mismas condiciones de antaño. En términos éticos, no hace falta comentar el por qué. En cualquier caso, es mejor así.  

4. Un enclave que es clave

Al margen de la cuestión geográfica, en la que China se posiciona como la conexión entre Oriente Medio y Asia, territorio en el que es el líder en muchos aspectos, entre el que destaca el apartado comercial, un atributo históricamente arraigado y que ha ido evolucionando acorde con el desarrollo económico del país. 

Sólo enmarcando su contexto marítimo -recordamos que es el 4º país más grande del Mundo si se cuentan sus aguas-, se observa la constante mejora en estas últimas décadas de todas sus infraestructuras marítimas -empresas afines, tomen nota-, siendo un factor que impacta y explica, en cierto modo, las fuertes relaciones comerciales que mantiene con sus países vecinos, como Hong Kong (73,4% de cifra de Inversión Extranjera Directa), Singapur (5,5%), Taiwán (3,5%), Corea del Sur (3,2%) y Japón (2,5%). Dicho de otro modo: si quieres estar en Asia, China te conecta.

Conexión -por otros canales al margen de la navegación- que también es posible con los otros «cocos» de la economía mundial, como Estados Unidos (que guarda con los chinos una cifra de IED del 2%), Alemania (1,2%) y Francia (casi del 1%) en vistas de su presencia directa en el país asiático.

En lo que respecta a sectores de actividad, no hay sorpresa con el líder, la Manufactura (43,2% IED), al que le sigue el que protagonizaba esta entrada: el Inmobiliario (20,9%), Servicios (6,2%), Comercio (5,7%) y Transportes, Almacenamientos, Telecomunicaciones y Servicios Postales (2%). 

5. Marco legal internacional

España cuenta con dos convenios para regular las inversiones con China. El primero de ellos se trata de un convenio de doble imposición, del año 1992, que regula la materia tributaria y la evasión fiscal, mientras que en 2011 se elaboró otro para la Región Administrativa Especial de Hong Kong.

El inversor extranjero puede contar con CIETAC, la Comisión Internacional de Arbitraje Económico y Comercial, además del ICSID, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones. Por su parte, China es firmante de la Agencia Multilateral de Garantía de las Inversiones (MIGA), lo cual ayuda a ambas partes. 

Verum, un despacho multidisciplinar

Pese a que nuestro principal foco está en inversiones nacionales, como ves, podemos aportar valor en consultas internacionales. Invertir en China, al igual que en otros grandes países y economías mundiales, requiere del desarrollo de un minucioso Plan de Negocio, además del análisis de aquellos aspectos clave que vayan a incidir en el desarrollo del mismo. Nuestra experiencia en consultoría de negocio, asesoría fiscal y gestión de inversiones nos aporta una visión 360 sobre este tipo de cuestiones, por lo que lo único de lo que te tendrás que preocupar es de contactarnos a través de info@verumasesores.com.

Quien sabe, quizás encabeces el próximo Metropolitano de China.  

 

www.datosmacro.com/pib/china | El Periódico y Europa Press.

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