La auditoría, de uno u otro tipo, se ha realizado en el transcurso de la historia del comercio y las fianzas. Existen indicios de que practicaban ciertas formas de auditoría en las antiguas civilizaciones. En los estados feudales y haciendas privadas, una persona competente se encargaba de las rendiciones de cuentas de funcionarios y agentes. Es así como se originó el término auditor.
Introducción a la auditoría
En el año 1164 existían en Italia revisiones profesionales al servicio de la Catedral de Milán y en el año 1581 se creó en Venecia la primera asociación de revisores profesionales de carácter oficial; aun así, Gran Bretaña está considerado el país que ha constituido la cuna de la auditoría y su posterior desarrollo a partir de la revolución industrial.
En Gran Bretaña surgieron las primeras asociaciones locales para proteger la profesión del auditor. Posteriormente se extendió a otros países principalmente de influencia anglosajona como EEUU, de hecho en este país la profesión de auditor logró su reconocimiento oficial en el Estado de Nueva York en 1896.
En el resto de países de Europa el auge de la auditoría fue más lento, debido probablemente a la mayor lentitud en la instauración de la industrialización. En sus comienzos la función de la auditoría se limitaba primordialmente a un trabajo de mera vigilancia, su objetivo era detectar fraude y errores. Los medios para lograr tales objetivos consistían en un detallado análisis de las transacciones.
Con la aparición de las grandes sociedades, la propiedad y la administración de las mismas quedó, en la mayoría de las veces, separadas y surgió la necesidad por parte de los accionistas y terceros interesados en la marcha de la empresa de conseguir una adecuada protección a través de una auditoría independiente que garantizara la información económica y financiera que las facilitaban los directores administradores de la empresa; de ahí surge un nuevo objetivo a la auditoría en la que los balances y el estado de los resultados presentan la situación financiera y los resultados de las operaciones.
Así pues el auditor se convierte en un experto capaz de proporcionar una seguridad a, entre otros, accionistas, acreedores, clientes y administración.
En torno a 1940 y 1950 surgió un creciente énfasis por la revisión del control interno empresarial como clave de la auditoría y en consecuencia de ello los conceptos de muestreo se llegaron a usarse con más frecuencia, por tanto la búsqueda del fraude sin dejar de ser una de las cosas esenciales en la auditoría, dejo de ser un punto tan importante.
La nueva concepción de auditoría abarca problemas de control administrativo sobre la totalidad de los negocios y sus operaciones, pero al fin y al cabo, de lo que se trata es de encontrar la gúia que marque los siguientes pasos de la empresa. Es por esto por lo que desde VERUM MANAGEMENT ofrecemos un servicio integral de auditoría, tratando de abarcar todas aquellas áreas de interés para nuestros clientes. Si quieres recibir más información al respecto haz clic aquí o escríbenos a info@verumasesores.com
The Big Ben. – Thomas Kelley – @thkelley